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martes, 25 de diciembre de 2012

Cuba: Por los derroteros de corsarios y piratas.

Por Mayra Pardillo Gómez*

Trinidad, Cuba (PL) Rodeada de un especial encanto, Trinidad vivió siglos atrás el asedio de corsarios y piratas que arrasaron con las riquezas que poseía y fomentaron el terror en sus pobladores.
Aseguran que las calles empedradas y curvas, en todas las esquinas de la villa, estaban dispuestas así para resguardarse contra los piratas, ya que en "caso de avanzar sobre la ciudad, en el recodo de cada esquina se les podía detener por la defensa natural que forman las casas".

Así se refleja la previsión de los trinitarios ante un inminente ataque en el libro Trinidad y el Turismo (1954), donde se destaca además que los pobladores se sentían seguros por tierra, protegidos por el macizo montañoso de Guamuhaya -más conocido como Escambray.

Mientras que por mar, según el texto citado, "preparaban sus construcciones al estilo más adecuado para la mejor defensa".

INGLESES EN LA HABANA Y TRINIDAD 

En 1702 los ingleses estuvieron frente a La Habana, sin atacarla, ya que una escuadra francesa estaba estacionada en la Bahía, pero continuaron su marcha rumbo a Trinidad, donde entraron por el puerto de Casilda y asolaron la villa, fundada en 1514 por el Adelantado Diego Velázquez.

Sesenta años después (1762) lograron su objetivo al tomar La Habana. Sin embargo, les fue difícil, ante la valentía con la que defendieron su ciudad los habaneros.

José Antonio Gómez Bujones, regidor de la villa de Guanabacoa, más conocido por Pepe Antonio, fue uno de los que con mayor heroicidad enfrentó a los invasores.

Durante el asedio y toma de La Habana por los ingleses, Trinidad envió en apoyo a la capital dos compañías de voluntarios.

Los expertos coinciden en afirmar que durante los siglos XVI y XVII la historia de Trinidad y Sancti Spíritus, fundadas ambas en 1514, estuvo marcada por la piratería, el corso y el comercio de contrabando.

En 1988 el Centro Histórico de Trinidad, incluyendo el Valle de San Luis o de Los Ingenios -otrora emporio de la industria azucarera-, fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Datos históricos indican que en 1642 ocurrió un ataque de piratas holandeses y en 1654 fueron corsarios ingleses quienes asaltaron a la primera de las localidades mencionadas.

El 5 de marzo de 1675 el corsario inglés John Springer asaltó Trinidad, desvalijó a la población y secuestró a 50 mujeres y niños, obteniendo por su liberación 400 reses y 300 cerdos.

La Trinidad embrujo del Nuevo Mundo es un volumen donde se destaca que "En aquella acción vandálica fueron robados los vasos sagrados de la Parroquial Mayor y asesinado el sacristán mayor Manuel Domínguez, al tratar de rescatar las hostias del copón dentro del sagrario".

Asimismo apunta que en la última invasión, en diciembre de 1702, estuvo al frente el inglés Charles Gant, quien exigió recompensa tras incendiar y saquear la villa.

ARREMETIERON CONTRA EL ESPÍRITU SANTO 

Varios documentos hacen constar que Sancti Spíritus (Monumento Nacional), la cuarta villa fundada en la Mayor de las Antillas y cabecera de la provincia de igual nombre, en 1665 fue saqueada y casi devastada por los piratas, mientras que en agosto de 1667 éstos intentaron repetir los mismos desmanes.

Enclavada a unos 350 kilómetros al este de la capital cubana, en la localidad de Sancti Spíritus, otrora Espíritu Santo, los intrusos visitantes harían otro intento el 13 de diciembre de 1719.

En el libro Sancti Spíritus, Epílogo para una historia inconclusa se afirma que los ataques más relevantes ocurrieron en 1660 y 1688, cuando con saña saquearon e incendiaron el poblado y destruyeron los archivos originales del Ayuntamiento y la Iglesia.

Piratas y corsarios incursionaron además en Santiago de Cuba, al oriente del país; y La Habana, en el occidente, en 1538; y luego en Baracoa, en el extremo oriental, en 1546, por lo que se puede asegurar que su presencia se extendió de un extremo a otro de la Isla, incluyendo la parte más occidental: Pinar del Río.

Otros textos señalan que el pirata o bucanero holandés Edward Mansveldt o Mansfield, con base en Jamaica, incursionó varias veces en Cuba y se piensa que su primera acción en esta tierra caribeña como jefe fue en Sancti Spíritus, en medio de la Navidad, aunque otros indican que fue Pierre Le Grand el que llevó a cabo el hecho.

PUERTO ABIERTO AL CARIBE 

Durante el siglo XVIII Trinidad se convirtió, según la investigadora Bárbara Venegas Arbolaez, en "el más importante centro de corso de la costa sur de Cuba", y añade que mantenía excelentes relaciones con otros puertos caribeños como Cartagena de Indias y Campeche, por ejemplo, en un intercambio comercial legalmente permitido por las autoridades locales.

"Su condición de puerto abierto al Caribe sería para Trinidad la vía de comunicación marítima con otras áreas geográficas, marcaría su destino como ciudad caribeña y explicaría el aparente aislamiento del lugar que, de espaldas al resto del país, rodeado de una cadena montañosa, formó lazos culturales y comerciales con otras tierras", asegura la autora en la revista de Historia, Ciencia y Cultura Siga la Marcha (1999).

"... la historia de Trinidad en su primera época fue una lucha ininterrumpida contra los piratas y corsarios que entonces asolaban los mares de la Isla. Saqueada y vencida unas veces, tuvo la población que armarse y prepararse con carácter permanente..." 

De esta manera la describió el destacado historiador Emilio Roig de Leuchsenring, quien agregó que una de las hazañas más gloriosas acontecidas en la ciudad fue el triunfo contra "el ataque que en 1797 sufrió de una fragata de guerra y dos bergantines ingleses".

Los piratas eran marinos que se dedicaban a abordar otras naves y desembarcar en villas para saquearlas, mientras que los corsarios, aunque hacían lo mismo, estaban autorizados y poseían una Patente de Corso que legalizaba sus fechorías, según EcuRed (la Enciclopedia cubana en la red, creada el 14 de diciembre del 2010).

Por su parte la palabra bucanero tiene su origen etimológico en el francés boucanier, que significa vicioso o pervertido; y filibustero es un término también de origen francés y aplicado a piratas que actuaban independientes.

Trinidad, la tercera de las primeras siete villas fundadas por los conquistadores españoles -cercana a su medio milenio-, estuvo siempre en la mira de los llamados lobos de mar.

Conocida como Ciudad Museo del Mar Caribe -derrotero de piratas y corsarios- y otrora Villa de la Santísima Trinidad, es una de las localidades coloniales más bellas de la Mayor de las Antillas y se la considera uno de los conjuntos arquitectónicos más acabados del continente americano.

El mar aún trae el susurro de las leyendas y realidades de barcos hundidos cargados de tesoros.

*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Sancti Spíritus 

Em/mpg

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